Tu eres quién me llama cada noche, con tu voz dulce y
aguda.
Me dices que vaya a ti, cual abeja a la miel,
y que te abrace y te haga feliz...
¿Por qué tiene que ser tan dificil tenerte a mi lado?
El amor no entiende de distancia ni de edad. Y si
piensas así, tal vez no valga la pena...
Me cuesta pensar en ti y a la misma vez contener las
lágrimas... Porque echo de menos tu dulcura con mi ser...
Tal como me abrazabas y me susurrabas al oído "te
quiero".
Y aún que esto no haya sucedido aún, en mi cabeza
perdura junto a mi imaginación.
Te siento tan cerca y a la vez tan lejos...
Que ya no sé que me da más miedo.
Si verte, sentirte y que me rechaces;
o no verte nunca, jamás.
Deseo saber que existes, verte con mis propios ojos, tocarte,
olerte... Besarte. Y que el mundo acabe, que todo se
derrumbe a nuestro alrededor y que exista lo que tanto
buscamos. Un mundo en el que solo existamos, tú y yo.
¡Todo sería tan fácil! No sabes cuanto me gustaría.
Tenerte a mi lado cada día y saber todo de ti.
Saber cuales son tus costumbres y tus manías, la forma
de amarme que tienes...
Creo que debería dejar de soñar, despertar, aún sabiendo
que no es real, y ahogarme en mi pena, llena de
llantos y dolor.
Como si las espinas de una rosa se disparasen contra mí,
causándome magulladuras y que,
en esa sangre, estubiese escrito tu nombre.